24 de abril de 2016

Competitividad

Siempre habrá alguien que lo haga, si no mejor, más deprisa y más barato. La competencia laboral sin medida envilece de igual modo. Y, en la bajeza, los humanos estamos siempre preparados para superarnos. Es la carrera de los burros, un galardón a la esclavitud, el embrutecimiento disfrazado de competitividad. En esta competición, por su esencia, pierden las mayorías y vencen, no los primeros, que apenas sobreviven, sino los que incitan a ella por codicia. Pero la competitividad es "tendencia" y ese embrutecimiento colectivo, hecho virtud, llena a algunos la boca de retos económicos y, de dineros, sus cuentas.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

¡Eso es! "El embrutecimiento disfrazado de competitividad".
Necesitaba, desde hace tiempo, las palabras justas para expresar esta idea. Y por fin las tengo. ¡Gracias!

Lan dijo...

Me alegro, si es que le he dado el martillazo, a la cabeza de ese clavo que tenías apuntado, pero sin clavar.
Gracias, Ángeles.