26 de noviembre de 2015

El buen pastor

Igual que los miembros de la Iglesia están espiritualmente unidos formando un cuerpo místico, henos hoy electrónicamente hermanados por esos breviarios rectangulares que nadie que se precie deja por un momento de sostener entre sus manos. No tenemos derecho a mantener ocultos ni los más nimios detalles de nuestras vidas, todo ha de compartirse. Publiquemos nuestro periódico diario personal, enviemos noticias adornadas con fotos. Démonos por entero al mundo y sentiremos la compañía constante y electrónica del género humano. ¡Roguemos por los desgraciados que aún no comparten! ¡Que esas almas perdidas vengan a nuestro seno! Sin WhatsApp no hay piedad.

6 comentarios:

Ángeles dijo...

Es que creo que si no tienes whatsapp te desintegras, ¿no? Ya han desaparecido varias personas...

Anónimo dijo...

Sí, algunos somos un tanto invisibles pues no estamos interesados, ni en la cerveza yanqui, ni en la guasa telefónica escrita
Desaparecido en combate
¿Os imagináis en la guerra con el guasá la conversación para avanzar?
──Dispar mi sargnto¡¡
──Q ha dixo?
──Q avanc d 1vz
──Qqqqq? no ntindo q dic...
──A, jodr, m han dado….
¿Y el cuelga tú primero, no tu primero?
Bam, bam¡¡¡¡
──No, tú, no tú…piiiiiiiiiiiiiiiiii
──1 mdico, 1 mdico, ay un hombr hrido
A la porra con el cotilleo
Saludos

Lan dijo...

¿Por qué queremos poner nuestra vida en un escaparate? No lo entiendo, Ángeles.

Lan dijo...

Y tampoco podrían aguantar la tentación de mandar un selfi con las entrañas fuera antes de expirar. Cada día estamos más agilipollados, amigo Anónimo.

Anónimo dijo...

Jajaja, cuánta razón!
La sociedad del egocentrismo y del compartismo.
Qué pesados.

Soros dijo...

Sí, Paloma, y todo el día con el "breviario" en la mano, dando pitididos, silbiditos o por...culo.