6 de diciembre de 2014

Cosas de casa

Setas de cardo ocres y blancas del mismo pelaje pero distintas formas y tamaños, tinta negra en palabras, el papel mil usos de otros tiempos, baldosas y azulejos hermanados en el sitio más cotidiano de la casa. Estas cosas que se hacían antes, son ahora las que más me gustan. Setas puestas a secar sobre papel de periódico en el suelo de la cocina. Las setas están ahí pero qué habrá sido de lo que decía el diario. Creo más en las setas y en pelar patatas y en hacerme con ambas un zancocho, que en cualquier otra actividad iluminada.

6 comentarios:

Ángeles dijo...

Es la diferencia entre lo permanente y lo efímero; entre lo vital y lo insignificante.
Aunque qué bien que ciertas cosas sean como el humo.

Descalza dijo...

Acá no se dan mucho los hongos. Champiñones y Portonellos solo los consigo en los mercados grandes. Pero me gusta verlos. Cuando rara vez llueve mucho y se anega el pasto, a la sombra de algunos arbustos nacen unos hongos blancos de cabeza alargada como calamar. Pero no se si sean comestibles.
Saludos Y sonrisas.

Anónimo dijo...

Esas setas por lo que dices podrían ser coprinos comatus. Blancos y como si su cutícula fuera formando barba deshilachada tal vez. Si es así muestra una foto y seguramente si lo son, lo son.

Lan dijo...

Seguramente, Ángeles, será como tú dices, sobre todo, lo último.
Saludos.

Lan dijo...

Aquí, Descalza, suele llover mucho en otoño y salen setas y hongos de mil clases. Algunos ponzoñosos. Pero normalmente, en mi caso, sólo recolecto las setas de cardo y los boletus edulis.
Saludos.

Lan dijo...

Anónimo, tú sí que debes de estar puesto en esto de las setas.
Gracias por el comentario.