13 de noviembre de 2013

Sedación


Por pensar tan fuertemente en ti, te desperté.
Desde ahora acostumbraré a mi cabeza a caminar con la levedad de un gato de algodón, silenciaré el bullir del pensamiento con alas de murciélago, envolveré la matraca de mis ideas en pelo de caramelo y seda de melocotón. Rodearé con una tela gruesa y bien atada la espiga de la campana de espuma de mis miedos. Pondré sordina de merengue a mi memoria. Acolcharé con doble alfombra de plumón el roce de las pisadas de mi aliento. Y adquiriré en la mirada el poder de sedarte con el sueño.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Pocas cosas tan dulces y suaves se han leído en el mundo.

Lan dijo...

Eres muy amable, Ángeles.
Muchas gracias.