17 de septiembre de 2013

Hacer compañía

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-        ¿Qué quieres?
-        Nada. Vengo a hacerte compañía.
La belleza de lo sencillo puede pasar desapercibida. No ocurrió. Y ella se hizo tan tibia como el sol en una solana, tan apacible como la luna llena, tan plena como un manto de estrellas. La compañía es un don gratuito difícil de encontrar, porque es pieza a encajar, a la par, en dos rompecabezas.
Luego me proyecté a mí mismo en un mañana solitario, recontándome los mil cuentos de antaño, reconfortantes siempre, y negándome, tozudo como un asno, a imaginar ni un momento el desierto de un futuro sin ella.

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