20 de octubre de 2010

Sus pasos

Andaban, ¿andarán todavía?, por la vieja despensa los envases que la madre fue reuniendo para guardar las alubias y los garbanzos y las lentejas y el azúcar… Allí seguían aquellos recipientes, testigos de infancias, de ahorros, con el aroma aún impregnado de una mujer organizada, de una eficaz gobernadora de su casa:
- Madre, ¿dónde están los moldes?
- En su sitio.
Aquel “en su sitio” sonaba con mucho retintín.
- El que guarda, halla.
Y en aquella casa se hallaba de todo y hasta el edificio, definitivamente remodelado, guarda el retumbar presuroso de sus pasos de mujer poderosa. Algunos aún los oyen.

4 comentarios:

lohengrin dijo...

La foto me sugiere:Viernes de dolor,merienda antes de ir a la procesión."¿qué queréis para merendar?,cualquier cosa tía, saca unos chorizos de la olla y unos torreznos y vamos servidos...Alabado sea Dios".Pregunta y respuesta histórica,ella ya tenía preparada la tortilla de espinacas y la merluza rebozada.
Muy bonito,yo también la oigo

Lan dijo...

Te creo, Lohen, su espíritu no se ha ido de la casa. Lo creas o no sus pasos, por el piso de arriba, aún se oyen.
Besos.

Ángeles dijo...

'En su sitio'; 'El que guarda, halla'... no sabes lo mucho que esas palabras me traen a la mente y al corazón.
Gracias.

Lan dijo...

No lo sé, pero algo imagino, Ángeles.
Gracias a ti.