9 de diciembre de 2009

Urbes, urbanidad, urbanitas


Quien sea urbano camina con constantes movimientos de cabeza, a derecha e izquierda, escucha los ruidos que por doquier le cercan, mira atentamente al verde y al rojo, atraviesa por vados de gruesas rayas blancas las calles, ríos de coches, evitando así, generalmente, la muerte. Quien sea urbano camina vigilante por aceras, sorteando los coches aparcados, omnipotentes, sobre ellas y cuantos otros obstáculos se topa. Quien sea urbano sabe bien que la rueda prima sobre la pierna, el asfalto sobre la tierra, el edificio sobre el árbol y el humo sobre el aire. Así que, casi todos, van en coche.

1 comentario:

Zeltia dijo...

¿y has visto cuando cortan calles al tráfico porque va a haber cualquier acontecimiento? ¿o cuando pillan un par de calles para hacerlas peatonales?
qué cambio, que hasta el espacio parece más amplio, las casas más bonitas, la luz más intensa!
y yo me atrevo a soñar con una ciudad donde los espacios estén pensados para la gente, y no para los coches.
y yo me muevo en coche, más gustosa lo dejaría sólo para salir de la ciudad, si los transportes públicos funcionasen como tiene que ser.
más... esto es como la pesadilla que se muerde la cola