16 de octubre de 2009

Con una vez basta


Lo pequeño de mi casa contrasta con el lugar espacioso, de palacio, que en mi cabeza ocupa. Vivo en ella desde hace treinta años y, con el tiempo, en vez de aborrecerla y, por eso de prosperar, cambiarme a otra, cada día le tengo más ley.
Hace siete años necesitó arreglos.
- ¿Cómo no te vas a un chalet? –preguntó el vecino.
- Conociendo el barrio, adaptado e incluso apreciando a los vecinos, ahora que no debo nada a ningún banco, ¿qué quieres, que me endeude de nuevo y entre en la lotería de un nuevo vecindario? Con una vez me basta.

No hay comentarios: