17 de octubre de 2009

Pepe el invicto


Arrastraba un defectillo: las copas. Luego se ponía violento y daba mala vida a la familia.
Confabuladas mujer, suegra y criada decidieron darle un escarmiento. Le esperaron en la casa de campo donde habitaban con las luces apagadas y armadas con sendos astiles para darle, sin más, una paliza.
Saldaron la refriega con un brazo roto la mujer, dos costillas la suegra y varios dientes la criada; él, dos uñas partidas. Imagínense ustedes, con un pedal de muerte, repeler aquel ataque nocturno, alevoso, simultáneo y sorpresivo. ¿No era mi tío Pepe un héroe, un jabato, un superdotado, un orgullo racial?

6 comentarios:

Insumisa dijo...

Lo que tu tío Pepe era, mi querido Lan, me lo callo por respeto a la familia. Pero de que lo pienso, LO PIENSO.

Un beso pensativo

Lan dijo...

Ni tengo ni he tenido ningún tío que se llame Pepe. Lo siento.:-)

Insumisa dijo...

¿Entonces puedo decir lo que era sin herir susceptibilidades?

¡Yupiii!

Lan dijo...

Por supuesto.
Y en todos los casos.

Paz Zeltia dijo...

era un mulo, joder!

eso y que de noche no se ve nada, y ellas iban a tiro fijo y el daba a lo que se pusiera por delante

Lan dijo...

Oye, tú misma.
Ya te digo. :-)