28 de septiembre de 2009

Un mes bajo la Vía Láctea


Después de mil años, unos desconocidos, me llaman amigo y me felicitan por un diario del Camino de Santiago que hice con cariño, pero con poca fe por no decir ninguna, hace la tira de años. A pesar de ello me dicen que les ha resultado entrañable y me dejan pensando que, a pesar de los pesares, hay gente cariñosa capaz de sacarle provecho a un relato naïf y simple de las cosas que nos acontecieron en un camino poblado de creyentes, de peregrinos, de pícaros, de vividores y de simples caminantes que no tenían cosa mejor que hacer.
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2 comentarios:

Zeltia dijo...

qué modesto.
he ido a ver la página -por curiosidad- y parece estar bien estructurada, completita.
sólo he leído pequeñas salpicaduras, que eso es para tomarselo con calma.

hace como 10 años que quiero hacer el camino.
hace como 10 años que me veo vieja para hacer el camino -sé éso de los jubilados, cojos etc. que hacen el camino- me da igual.
todavía no he conseguido echarle valor.
camino despacito y me canso pronto. nadie resistiría mi paso lento. yo podría hacerlo en 2 meses, eso si. cuando pueda vivir un mes sin cobrar

:-)

ya veremos, dijo un ciego.

tres veces tú, jo-pe-li-nes.

Lan dijo...

Conviene entrenar un poco, Zeltia. Sin embargo, una vez metido en el ajo, todo se ve sencillo y no existen esos fantasmas que se ven desde casa.