9 de agosto de 2009

Volver


Volver tras un viaje de unos 40 días pone otra vez un cierto desconcierto en el orden nuevo al que te habías acostumbrado. Has de juntar ahora lo que traes con lo que dejaste. Intentas casar, a la fuerza, las mitades de dos materiales distintos y disformes sin saber cuál de las mitades es la contrahecha. Como no lo consigues, las mezclas y decides esperar a que el tiempo las sedimente como, por otro lado, has hecho siempre, bien porque es la postura más cómoda, bien porque no se puede, o al menos tú no sabes, hacer otra cosa.
.

6 comentarios:

VF dijo...

COMO LEI EN ALGUN SITIO LOS DIAS VAN ORGANIZADOS DE TAL MANERA QUE LUEGO DE ALGUNOS DIAS DE VIAJE AL VOLVER CUESTA REORGANIZARLOS DE NUEVO... LA CONSTUMBRE MARCA Y TAMBIEN MATA, EL TRUCO, CREO YO, ES INTENTAR QUE NO MARQUE DEMASIADO Y QUE MATE SOLO LO QUE UNO QUIERE QUE NO EXISTA MAS EN LA VIDA.

Flor y Nata dijo...

A todos nos está pasando lo mismo, me alegra comprobarlo, creí que la que se acostumbraba pronto a lo diferente era yo sola.
Te echaba de menos Lan.
Un beso

Lan dijo...

Gracias, VF, por tu visita y tu comentario. Hasta cuando uno hace lo que no hace habitualmente crea monotonías nuevas.
Saludos.

Lan dijo...

Hola, Flor y Nata. Tantos días por ahí requiere una organización también, porque, teniéndola, nos creamos la ilusión de que, mediante ese orden aunque sea distinto, gobernamos como debemos nuestras vidas. En cuanto ordenamos las cosas nos hacemos la ilusión de controlarlas.:-)Gracias.

Paz Zeltia dijo...

y no estaba muerto, que estaba de parranda...

;-)

bueno, la rutina es necesaria, como dices necesitamos tener la sensación de ejercer un cierto control sobre nuestras vidas y entorno.
qué ilusos, ni que pudiéramos tener siquiera una idea remota de todos los azares y voluntades que nos influyen

Lan dijo...

Efectivamente, Zeltia, de parranda. El estado en el que más me gusta estar.
El orden responde más a una ilusión que a algo que de verdad consigas. A veces se hace, a sabiendas de esto, sólo por ocupar el tiempo y no pensar en otras cosas.