15 de abril de 2009

La ecuánime


Iban por la calle unas amigas. Criticaban a los obispos y al Papa por las nuevas nuevas sobre linces, preservativos y nasciturus, censuraban a los vascos por no concebir ser gobernados por no nacionalistas, despotricaban de los catalanes por interesarles de España sólo los presupuestos… Una silenciosa dijo de improviso:
- Chicas, los ateos y apátridas no tenemos bola que rascar, todo nos da igual. Si no me gustara el fútbol sería perfecta. Sin embargo, no puedo. ¿Por qué tendré que ser tan colchonera?, ¡ay mi atlético, qué puede conmigo!, ¡qué rompe mi ecuanimidad y acaba con mi buen criterio!

4 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

cómo quisiera yo que me gustase el fútbol y perder la poca ecuanimidad que pueda tener!
me apuntaría gustosa al opio del pueblo y tendría vivísimas discusiones en la barra del bar.
Qué vida tan activa, social y apasionada la del hincha de fútbol. Aficionada por elección, como refugio de lluvias y soles de la vida.
Lo digo en serio.

Lan dijo...

A mí me sigue compensando gozar de las lluvias y soles de la vida. Tampoco me gusta el fútbol. Pero tu comentario es tan triste que puede que tengas tus razones para desear que te gustara.
Bueno. Por ahí vamos rodando todos. Como el balón ;-)
Un agarimo.

Paz Zeltia dijo...

Las lluvias y soles no son siempre algo de lo que gozar.
Un sol justiciero, tórrido, sin sombra a la que acogerse no es para disfrutar. Y lo mismo una fuerte lluvia fría, de gruesas gotas que se abaten sobre tí por la fuerza del viento, si no tienes lugar donde guarecerte.

Tengo una amiga que disfruta, (como toda su familia de gran tradición futbolera) del juego, de la competición de la liga, y no pierde para nada sus otras capacidades para el disfrute. Sin embargo, el fútbol y compartirlo con las personas que lo disfrutan como ella, la salvó de caer en la tristeza; alguna vez en la vida su única ilusión esa semana era ir a ver el partido y "que ganara el barÇa".
Eso no le pone mérito al fútbol, pero si a la pasión por una afición. Ése apasionamiento por algo es lo que creo que sirve de refugio de ´soles ardientes y lluvias heladas. Y yo me appuntaría, aunque fuera al fútbol.

Lan dijo...

Sí, supongo que las cosas se pueden poner muy mal.
De cualquier modo no me imagino refugiándome en el fútbol.
Pero nunca se sabe lo que uno puede hacer en ciertos casos.
Saludos, Zeltia.