15 de marzo de 2009

El sagaz durmiente


Hay veces que, dormido, uno descubre cosas ocultas con total certeza y es consciente por momentos de la evidencia de lo descubierto. Sin embargo, por pereza y por confianza, uno no se levanta, como debiera, y toma papel y lápiz y lo escribe. Al día siguiente, incapaz de recordar, se tiene la sensación de no tener memoria, de haber desperdiciado el singular talento que nos hace más sagaces dormidos que despiertos y de volver a ser el tonto de siempre, el payaso de la vigilia cotidiana, consciente sólo de seguir corriendo tras los deslumbrantes sueños que se han desvanecido.

2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

Yo tenía una compañera de clase, que resolvía los problemas de mates mientras dormía. y al levantarse iba corriendo a hacerlos. eso decía. nunca la creí. Quizá era cierto.

Lan dijo...

Te aseguro que lo que tu amiga decía puede ser verdad. Lo único que, por lo menos en mi caso, si no hacía el esfuerzo de levantame y anotarlo, al día siguiente sabías que habías encontrado la solución pero no la recordabas.