25 de febrero de 2009

¡Qué miedo!


Dicen de un ministro que es masón. Supongo que no será un demérito, lo mismo que no lo ha sido nunca ser de los Quicos o mormón o del Opus o agnóstico o católico o testigo de Jehová o musulmán… Pero dicen que es un modo de llegar al poder sin pasar por la democracia y me pregunto cuántos modos de tener poder eluden la democracia y veo que hay muchos, no sé si demasiados: negocios, religión, banca, periodismo, cargos designados… pero, cuidado, alerta todos, ya nos avisan: ¡Coged piedras, que llega el masón! ¡Uf, qué miedo!

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