11 de noviembre de 2008

Obediencia


- Estoy harta de que vengas llorando y jesuseando que me han pegao, que me han pegao… Si te pegan, pega tú ¡Ya está bien!
Al día siguiente salió el matrimonio con una pareja amiga y, mientras los cuatro tomaban el vermú apaciblemente, los dos niños jugaban entre ellos como siempre. Jorge repentinamente llamó a su madre a grandes voces y cuando las dos madres y los dos padres miraron el niño, con mucha calma y preparación, dio un gran bofetón al niñito de la otra pareja, después preguntó:
- Mamá, ¿lo he hecho bien o le doy más?

7 comentarios:

LM dijo...

ups...
beijos

Lan dijo...

Eso mismo digo yo. Pero así fue.
Saludos.

Anónimo dijo...

Eas recomendaciones nacidas al calor de la ira, por desgracia ¡son tan frecuentes!

Lan dijo...

Sí, pero luego ponen a los padres en ridículo porque delante de los demás les dicen a los niños una cosa y, a solas, les dicen otra.

Paz Zeltia dijo...

pues nada, a lo hecho pecho, hay que ser coherente...
que quieres a mí me hace gracia; lo de que el chabal aprenda a manejarse en situaciones de abuso físico es un tema peliagudo
luego miras a tu alrededor, en el mundo, y dices como lm (ups!)

Paz Zeltia dijo...

por cierto el niño(o niña que igual lo es) parece sacado de un casting para hacer de travieso... ¡qué carita!

Lan dijo...

Es niño, se llama Jorge y la anécdota es cierta. Él la protagonizó. Su madre se puso roja como un chile.